(Comunicado Comisión Internacional de Comunes)
1.- El gobierno de Donald Trump inició su mandato cumpliendo una de sus promesas de campaña: emprender una feroz campaña de expulsión de inmigrantes. Para esto ordenó a las autoridades de migración, mediante la firma de la primera ley de su nuevo mandato el día 29 de enero, realizar detenciones y deportaciones masivas. Todo esto se ha desarrollado a la vista de todos a través de severos y humillantes procedimientos policiales que criminalizan la migración, recrudece la exclusión y sanciona la pobreza. La gran mayoría de los deportados han sido fundamentalmente latinoamericanos.
Esta nueva ofensiva de Trump y su gobierno está sustentada sobre una agenda planetaria que replantea el posicionamiento de la política nacionalista de derecha y tiene fundamentalmente dos vértices centrales: la protección del mercado interno norteamericano a través de la imposición de aranceles a productos mexicanos, canadienses y chinos, así como el control territorial del canal de Panamá y Groenlandia; y, en segundo término, una ofensiva ideológica centrada sobre la migración, la “ideología de género” y la defensa de EEUU como una gran nación dueña de las áreas de influencia que definen en su hegemonía mundial.
2.- El gobierno norteamericano ha iniciado masivos vuelos de deportación hacia Latinoamérica. Ha dejado sin efecto resoluciones y decretos que permitían a los migrantes acceder a mecanismos de protección migratoria (Asilo, TPC, Parole humanitario) creando una incertidumbre enorme a más de 11 millones de persona y particularmente a más de 600 mil venezolanos que se encuentran en EEUU en proceso de legalización de su residencia.
3.- Este conjunto de medidas evidencian el carácter supremacista que predica el gobierno de Trump y que estimula la predominancia de violencia contra las “minorías”, disidencias y diversidades. El planeta está presenciando el inicio de una nueva fase de confrontación cultural que pretende desplazar el centro de la discusión pública hacia lo exclusivamente ideológico, evitando y ocultado el debate político sobre el recambio del modelo de producción económica que avanza hacia la supresión de los derechos de los trabajadores, incrementando las condiciones propicias para la generación de mas pobreza. Desde el discurso de Trump se simplifica la realidad como principio básico de la propaganda hegemónica que, artificialmente, genera conflictos artificiales basados en particularismos.
4.- Ante esta situación, ni la oposición de derecha liderada por María Corina Machado, ni el gobierno de Maduro han abierto la boca. Machado y Edmundo González están de acuerdo con las deportaciones forzadas, planteando que se envíen a los migrantes venezolanos a terceros países, incluso estigmatizándolos como criminales, haciendo eco así de toda la política racista y xenófoba.
Maduro y su gobierno, por su parte, sigue sin reconocer la crisis migratoria que existe en Venezuela y su impacto hemisférico. En su afán por obtener validez y reconocimiento internacional ha aceptado las condiciones de Trump para la recepción de deportados. Nuevamente la oposición de derechas y el gobierno de Maduro coinciden en la indolencia hacia grave crisis que viven los venezolanos en el exterior.
5.- El gobierno de Maduro ha adoptado una vergonzosa política hacia el éxodo venezolano, en primer término negando la existencia del mismo (según ACNUR más de 7 millones de migrantes venezolanos), dificultando los trámites consulares y administrativos que deben hacer los y las venezolanas para migrar o estando afuera, elevando los costos del pasaporte (216 US$ uno de los más caros del mundo), manteniendo costos elevados (entre 50 US$ y 80 US$) por trámites
consulares en los países donde aún hay relación diplomática. A esto se le suma que no hay relación diplomática ni consular en 6 de los 10 países que tienen más migrantes venezolanos, quedando la población sin posibilidad de tramitar ningún tipo de documento. Sin mencionar las denigrantes y permanentes declaraciones de Maduro donde humilla a los migrantes llamándolos “Limpiapocetas”.
6.- La misión “Vuelta a la Patria” no es otra cosa que una costosa operación de propaganda con resultados ridículos en comparación con el éxodo. No existe un número claro de los migrantes, el gobierno de Maduro es especialista en no llevar registros o no hacer público ningún dato de gestión; todo se expresa en discurso altisonantes plagados de consignas vacías e inconsistentes con la realidad objetiva de Venezuela. La única verdad es la realidad y para Maduro, que es especialista en negar, solo existe su relato victimizado.
7.- Nosotros, los Comunes, que estamos desplegados por el mundo en esta crisis que ha generado el Madurismo y las sanciones imperiales, somos parte de los millones de migrantes que luchan a diario por recuperar sus vidas y crearse porvenires más prósperos y solidarios. La migración no es la causa del problema, es la consecuencia de una crisis irresoluta por un gobierno insensible, incapaz, corrupto, represor, antidemocrático e indolente que se ha concentrado en la consolidación de una élite gobernante en el poder, negociando con nuestros enemigos históricos, y creando al dedillo una “oposición” que colabora con ese “juego democrático» en el cual pretenden decir que viven.
En este sentido, nos manifestamos contra las deportaciones forzadas y la persecución de migrantes y exigimos respeto a los derechos humanos. Asimismo, hacemos un llamado a los pueblos del mundo a movilizarse para proteger los derechos de los inmigrantes y los oprimidos.
¡Nadie en el mundo es ilegal! Comisión Internacional de COMUNES, 01.03,25
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