
SOLIDARIDAD CON LOS MIGRANTES VENEZOLANOS
(Comunicado de COMUNES, corriente popular)
Desde la Corriente Comunes denunciamos la deportación y envío a prisión, sin juicio previo, de cientos de migrantes venezolanos por parte del gobierno norteamericano y planteamos nuestra solidaridad irrestricta con millones de migrantes que un día decidieron dejar el país en búsqueda de las esperanzas que el gobierno les había cercenado y hoy encaran al fantasma de la xenofobia y la persecución.
Donald Trump se comporta con los migrantes venezolanos como lo que es: un matón sin escrúpulo ni respeto por la legalidad y la dignidad humana. Cuenta para eso con el silencio cómplice de sectores importantes de la oposición venezolana, que prefieren mirar hacia otro lado para evitar a toda costa incordiar a su paladín, pero también con la doble moral del gobierno de Maduro, que no ha tenido ningún escrúpulo para instrumentalizar a la migración venezolana para sus propios fines, complaciendo al mafioso del norte cuando le conviene y negando la protección a los venezolanos en EEUU cuando sus intereses así lo exigen.
Ni al gobierno de Nicolás Maduro ni a la derecha ni mucho menos al gobierno norteamericano les interesan la suerte y los derechos de los migrantes. Solo los usan como fichas de cambio e instrumentos de sus cálculos políticos. El gobierno de Trump, para hacer demagogia frente a sus propios electores, cebando los discursos xenófobos para ocultar los graves problemas que encara la economía norteamericana. La derecha, para incitar la intervención norteamericana con el trapo rojo de la “invasión” del “Tren de Aragua”. El gobierno de Nicolás Maduro, para usar a los migrantes como rehenes en la negociación con Washington. A ninguno les importa en lo más mínimo los migrantes.
Los gobiernos de Trump y de Maduro no pueden ser más parecidos. Irrespetuosos de las leyes y los derechos, desprecian a la gente y hacen lo que les viene en gana. Trump usa el fantasma del Tren de Aragua, cuyo alcance y capacidad han sido exagerados por los medios y las redes sociales para alimentar la xenofobia contra los venezolanos, para perseguir, deportar, mandar a prisiones en Guantánamo y El Salvador y acusar de terroristas a cientos de miles de venezolanos en territorio norteamericano. Algo semejante hizo Maduro después del 28 de julio pasado, cuando luego del fraude electoral usó el mismo expediente para acusar como terroristas al servicio del Tren de Aragua, a miles de jóvenes que protestaban. Al final, el argumento del terrorismo solo le sirve a uno y a otro para perseguir y reprimir a jóvenes pobres. Los verdaderos terroristas, los que persiguen y violan la dignidad humana, los que hacen del miedo y la mentira su política, los que mantienen una verdadera guerra contra los pobres, son ellos.
Mientras tanto, los venezolanos que están en EEUU y los venezolanos que aún seguimos en el país, estamos desamparados. Solo nos queda la lucha y la solidaridad. Aquí y allá, organizar la rebeldía.